El blog de lestergonzálezpentón75

Lo que ocurre en Cuba semeja una pésima película de ficción con una trama aburrida y un final incierto que difícilmente será feliz.

Fidel Castro a sus 84 años de edad decide finalmente despojarse de todos los títulos políticos para heredarlos a su hermano Raúl de 79 años y del mismo perfil dictatorial y autoritario.

Mientras en el Medio Oriente la sociedad sale a las calles para derrocar a sus gobiernos opresores, en la isla caribeña se lleva al cabo una transición ordenada y pacífica, pero ¡entre tiranos de la misma sangre!

Castro asumió el poder en Cuba luego de una revolución o revuelta armada en 1959 y no soltó el mando único hasta el año 2006 cuando una enfermedad intestinal lo puso al borde de la muerte.En ese entonces el líder cubano delegó una buena parte del poder en su hermano Raúl, quien había sido su brazo derecho durante sus casi cincuenta años al frente del gobierno.Pero se mantenía como primer secretario del Partido Comunista Cubano, un cargo con mucho simbolismo político, hasta el pasado martes cuando entregó el puesto a su hermano Raúl y la segunda secretaría a José Ramón Machado, actual vicepresidente del país. Como tercer secretario fue designado Ramiro Valdés, quien fue comandante de la revolución y otro viejo compañero de andanzas de los hermanos Castro.La prolongada y atroz dictadura de Fidel Castro es un fenómeno social inexplicable. Dio inicio en 1959 en medio de grandes esperanzas luego del régimen también autoritario de Fulgencio Bautista, pero al paso de los años se convirtió en un gobierno antidemocrático en donde no se han respetado los derechos humanos más elementales.

Para colmo el régimen de Castro abrazó el comunismo de la Unión Soviética que nada tenía que ver con la idiosincrasia de los pueblos latinoamericanos y que generó guerras intestinas de grandes dimensiones en varios países de Centroamérica y el Caribe.Castro desarrolló a su favor un liderazgo que sedujo a las corrientes de izquierda en el mundo entero gracias a su feroz rivalidad con Estados Unidos y a su habilidad política -vagancia dirían algunos-- para enfrentar las adversidades.Entre más golpes recibía de Estados Unidos y sus aliados durante las primeras décadas de su gestión, crecía el número de sus simpatizantes entre universitarios, intelectuales y militantes de partidos liberales.En medio de las tempestades, Castro logró granjearse las simpatías de personajes de la talla de Jimmy Carter y Gabriel García Márquez, y de presidentes mexicanos como José López Portillo y Carlos Salinas. Incluso recibió la visita de Juan Pablo II en el año 1998 que levantó grandes expectativas de cambio que lamentablemente nunca lograron concretase. Pero todo tiene un principio y un final. El gobierno cubano tuvo su época de gloria durante el auge soviético, pero al paso de los años sus políticas equivocadas llevaron al país a una pobreza crónica y a un aislamiento mundial en prácticamente todos los terrenos.

Por ello fue patético escuchar de voz del nuevo líder del Partido Comunista, Raúl Castro, que su principal cometido será "defender, preservar y proseguir perfeccionando el socialismo y no permitir jamás el regreso del régimen capitalista".

En un país con tantas carencias y en donde no existen libertades de empresa, de expresión ni de creencias religiosas, ¿por qué hablar de perfeccionar un sistema que está agotado y que demostró su inoperancia desde hace varios años?

Ya sabemos que tampoco el capitalismo ni el liberalismo económico han sido capaces de acabar con la pobreza y atraso de los pueblos latinoamericanos. Pero permiten libertades y la lucha de ciudadanos hacia un sistema democrático con un mejor nivel de vida. En Cuba a los opositores se les castiga con cárcel y con el aislamiento social. Sólo la alta burocracia vive decorosamente mientras que el grueso de la población padece hambre, marginación y pobreza.

Pero ni Fidel ni Raúl Castro quieren soltar el poder ni promover un verdadero cambio. Lástima porque Cuba es un gran país que tiene en su gente su mayor riqueza.- México, D.F.